21 de abril de 1945
Regresé
por mi recuerdo, Marina. Sé que no te deja dormir porque tus ojos se ven
cansados de tanto deambular en la penumbra, como un tictac que acompasa el
recorrido de tu memoria, siempre atada a mí.
Vine por
el sabor que te dejé en la boca, Marina, porque es mío y no quiero que me
añores cada que lo sientas en los labios. También te pido me devuelvas el aroma
que por las tardes frente al mar me robabas, mientras yo ingenuamente te
estrechaba y te hablaba de lo que nos quedaba por hacer. Es más, si recuerdas
mis palabras, envíamelas, porque a veces me hacen falta y como no las encuentro me tengo que quedar en silencio.
Quiero de vuelta mi mirada, la que se entretenía en tu cuerpo y se perdía en tu silueta cada vez que te alejabas. Casi puedo asegurarte que se me extravió en tu memoria y es la culpable de tus suspiros y de aquel dolor de pecho que no te deja descansar.
Lo sé, Marina, prometí no volver a buscarte. Pero a estas alturas es urgente que regrese hasta ti. No te molestes, míralo de esta forma: todo lo que te pido me pertenece y a ti no hace más que perturbarte.
Lo sé, Marina, prometí no volver a buscarte. Pero a estas alturas es urgente que regrese hasta ti. No te molestes, míralo de esta forma: todo lo que te pido me pertenece y a ti no hace más que perturbarte.
¡Ah,
Marina!, antes de que me despida para siempre otra vez, que no se te olvide el
aliento que me quitaste el día en que te conocí. Me lo mandas envuelto en el
primer recuerdo que te di, en el que piensas cuando te da por llorar y maldecir.
Para
acabar pronto, Marina, quiero de regreso cada pensamiento en el que estoy,
porque ahí me tienes y en eso no habíamos quedado. Lo justo es que a este
cuerpo que se siente vacío le vuelvan el ánimo y la sonrisa que dejé a tu lado, sin saberlo, cuando partí. Así que te mando un par de hojas en blanco
para que escribas todo lo que te pido, cada detalle mío que te habita y que no
te deja dormir. Tal vez así me liberes de ti, Marina, y me permitas volver a
vivir.
Me quedó con cara de :O cada vez que te leo...
ResponderEliminarLos calificativos excelente y maravilloso quedan cortos para lo que tú escribes, cada día te admiro más Tania, ojalá y cuando te vea me puedas dar un autógrafo. ;)
Cuanta belleza y melancolía, imagino que es la carta que nunca ha de llegar de un hombre que ha partido hace mucho tiempo, y que refleja el dolor de la mujer amada que sufre por su recuerdo. En verdad eres una gran escritora, mis respetos pa´uste´...
ResponderEliminarWow, me sentí muy identificada con tu texto, y como dice la compañera Betsabé, ojalá y el día que nos veamos puedas darme un autografo, gracia spor compartir lo bien que escribes.
ResponderEliminar