jueves, 21 de febrero de 2013

Enredaderas de otoño


No sé hasta qué punto soy lo que soy por ti. Muchas palabras han quedado enmarañadas en mi lengua; en mi mente se dispersan los porqués de lo que hago, de lo que digo, de lo que pienso. Sin embargo, mi intuición me dice que todo tiene rastros de lo que fue. Finalmente, sólo somos pasado contenido en un cuerpo presente.
Las personas excepcionales que nos topamos en nuestro camino son como enredaderas que nos abrazan cada vez más a medida que pasa el tiempo. Crecen con nosotros y, si son tan sabias como los árboles, crecerán también hacia abajo, permitiendo que sus raíces se entreveren con las nuestras. Llegará un momento en el que no sabremos distinguir nuestra raíz de las demás. Así me pasó hoy; no pude ver los límites entre mis raíces y las tuyas, las de ellos y las nuestras. Al final sólo me queda una certeza: ningún vendaval podrá arrancarme de aquí.

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